El fútbol es la pasión que mueve mi vida | Gustavo Julio Villarroel

 Periodista: Andres Zankis


Carismático, humilde y sensible. Así es nuestro jugador de la semana: Gustavo Julio Villarroel. El talentoso joven conversó en exclusiva con FutbolConnect y explicó a vos propia sus mejores experiencias de vida y en su carrera futbolística.

"Gustavito", como lo llaman sus seres queridos, indicó que su pasión por el fútbol inició desde muy niño. Recuerda que su papá (Denar Julio), lo llevaba al estadio a ver los clásicos cruceños. Ambos vivían a flor de piel cada entrega deportiva.

Inició su preparación en la academia Tahuichi, luego pasó por varias escuelas hasta llegar a la academia de Blooming. Hoy en día es una de las promesas juveniles del equipo celeste. Continúa su preparación y espera tener la oportunidad de representar a Bolivia en el extranjero.

- ¿Qué significa recibir el apoyo de tu familia?

R.- Significa mucho. Porque por más problemas que se presenten, ellos me enseñan a no rendirme. Siempre están dándome fuerza y motivándome.

- ¿Por qué pensaste en dejar el fútbol?

R.- Porque tuve muchas lesiones y eso me bajoneó mucho. No me encontraba bien ni física ni mentalmente. Tuve la mala suerte de que las lesiones llegaban cuando mejor mejor yo estaba. Pero con el apoyo de mi familia, mis entrenadores y amigos, fui superando esa situación.

- ¿Cuál es la experiencia que más te marcó futbolísticamente?

R.- A principios del año pasado tuve cuatro problemas de lesiones. Salía de una y entraba a otra. Por ese motivo tuve varias faltas a los entrenamientos y partidos. Cuando me recuperé y regresé, me mandaron de suplente. Pero di todo de mí y luego el entrenador me dio una oportunidad y me puso como capitán en un partido. En el último minuto metí un gol que nos hizo ganar y ahí sentí que volví a ser yo.

- ¿Qué sentís cuando jugas fútbol?

R.- Es un mundo de sentimientos. El fútbol me ayuda a controlar mis problemas. Cuando me siento mal o estoy triste, juego. Y cuando estoy feliz, lo hago con más ganas aún. El fútbol es la pasión que mueve mi vida.

- ¿Cuáles son las lesiones emocionales que más te han afectado?

R.- Sin duda alguna, el tiempo que he estado sin jugar me han afectado mucho. Pablo Salinas fue una de las personas que me dio el ánimo que necesitaba para no dejar mi pasión. Él me dijo que igual había pasado por esa situación. Me dijo que no abandone mi sueño porque yo tengo condiciones.

- ¿Qué significa para vos el club Blooming?

R.- Es familia. Todos nos apoyamos, en los buenos momentos y más aún en los malos.

- ¿Cómo te gustaría estar en 10 años?

R.- Yendo a un Mundial con Bolivia. Sueño con estar en la Selección de mi país. Y sueño también con jugar para el Real Madrid.

- Coméntanos alguna travesura que hiciste de niño:

R.- Una vez mi papá estaba por salir a manejar un camión que estaba afuera de mi casa. Yo era niño. Estaba jugando con una soga y mi papá no se percató que yo estaba atrás. La soga se enredó en mi y cuando empezó a moverse el camión, la soga me estaba apretando y dejando sin aire. Más bien mi papá se dio cuenta a tiempo antes de que ocurra algo grave y ahora queda como una anécdota graciosa.

- ¿Qué momento te gustaría volver a vivir con tu familia?

R.- Todas las navidades de cuando era niño. Y todos los viajes que hemos hecho.

- ¿Qué les decís a tus papás que siempre están a tu lado apoyándote?

R.- Les doy gracias por estar siempre para mi. Por buscar la forma de siempre hacerme reír. Y que nunca me falten y que los amo a los dos (Denar y Tatiana).

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